Ingredientes:
40g. almendra molida
40g. avellanas
40g. pistachos pelados
40g. piñones
2 tazas tamaño café de azúcar blanco
1 taza tamaño café de agua
3 cucharadas soperas de agua de azahar
1/2 paquete de pasta filo
50g. de mantequilla
1 cucharada tamaño café de canela en polvo
una pizca de nuez moscada
2 cucharadas soperas de azúcar moreno
Trituramos las avellanas, los pistachos y los piñones en un mortero o con una picadora. En un bol mezclamos estos frutos secos, junto a la almendra molida, el azúcar moreno, la canela, la nuez moscada y dos de las cucharadas de agua de azahar. Reservamos.
Cortamos por la mitad las láminas de pasta filo. Guardamos el resto y nos quedamos con láminas de unos 25cm de ancho. Deshacemos al microondas la mantequilla.
Ponemos sobre una superfície limpia una de las hojas de pasta filo. La untamos con un pincel con mantequilla. Ponemos otra capa encima, de nuevo mantequilla y así hasta una tercera capa y mantequilla de nuevo. Ponemos en una esquina de la lámina dos cucharadas soperas de la mezcla de frutos secos y enrollamos para hacer los rollitos (ver foto). Cuando esté bien enrollado lo cortamos en tres o cuatro trozos (debe cortarse antes de meterlo al horno para que no se rompan). Para hacer otras formas en vez de tres capas utilizaremos cinco. Cortamos en trozos grandes la lámina y rellenamos y damos formas.
Precalentamos el horno a 170 grados. Ponemos las baklavas en el horno durante 20 minutos a media altura. A continuación subimos la bandeja y doramos con el gratinador durante 5 minutos más. Dejamos enfriar.
En un cazo ponemos el agua, el azúcar blanco y una cucharada de agua de azahar. Hacemos con ello un almíbar que verteremos al gusto sobre las baklavas justo antes de servirlas, así la pasta filo quedará crujiente.