Con una báscula de precisión (de las electrónicas) preparad y pesad primero todos los ingredientes. Con todo preparado, la elaboración no requiere de más de 10 minutos y queda una presentación excelente y un sabor riquísimo.
Ingredientes (para 2 personas):
250 ml de leche entera
20 gr harina
25 gr. mantequilla
1 cucharada sopera de aceite de girasol
2 huevos
15gr queso roquefort
10gr parmesano rallado
35gr queso chedar rallado (también se puede usar enmental)
nuez moscada
pimienta molida
sal
Ingredientes (para 2 personas):
250 ml de leche entera
20 gr harina
25 gr. mantequilla
1 cucharada sopera de aceite de girasol
2 huevos
15gr queso roquefort
10gr parmesano rallado
35gr queso chedar rallado (también se puede usar enmental)
nuez moscada
pimienta molida
sal
Primero separamos las yemas de las claras y montamos las claras con un poquito de sal. Reservamos.
Batimos las yemas y las mezclamos con los tres quesos rallados previamente para que sea más fácil mezclarlos. Reservamos también.
En un cazo ponemos el aceite de girasol y la mantequilla y calentamos hasta que se haya deshecho. Añadimos la harina y mezclamos bien hasta que se haya disuelto la harina. Añadimos la leche y seguimos moviendo hasta que la bechamel empiece a espesar. Cuando esté un poco espesa, añadimos pimienta negra molida y espolvoreamos un poco de nuez moscada. Añadimos la mezcla anterior de yemas y queso y retiramos del fuego. Mezclamos bien fuera del fuego hasta que quede una crema espesa homogénea.
Poco a poco incorporamos las claras montadas a la mezcla anterior hasta que se hayan mezclado bien.
Ponemos en dos recipientes un poco hondos en el horno precalentado a 200 grados. Dejamos 15 minutos a esa misma temperatura hasta que se hayan dorado por encima. Sobretodo no abráis el horno hasta que hayan pasado los 15 minutos porque si no el sufflé no subirá.
Servimos caliente recién salido del horno, no esperéis a servirlo porque se baja enseguida.